A pesar de la prohibición internacional de la caza comercial de ballenas, las ballenas siguen siendo asesinadas en todos los océanos del mundo. Muchas especies fueron devastadas por siglos de caza, y la comunidad internacional acordó traer de vuelta a las ballenas del borde de la extinción prohibiendo la caza comercial de ballenas en 1986. Sin embargo, varios países, incluidos Japón, Islandia y Noruega, continúan matando miles de ballenas cada año para obtener ganancias. Y dos de esos países, Islandia y Japón, matan ballenas ilegalmente.
NRDC lucha para detener la caza comercial ilegal de ballenas de una vez por todas. Presionamos para que se impongan sanciones diplomáticas y resoluciones internacionales contra Japón e Islandia. Y lanzamos campañas de consumidores para presionar a las empresas estadounidenses para que dejen de hacer negocios con empresas que se benefician de la matanza de ballenas.
Durante años, Japón ha explotado una laguna en la prohibición de la caza comercial de ballenas que permite la captura letal de ballenas con «fines de investigación científica».»Japón ha matado más de 13.000 ballenas en los últimos 30 años, supuestamente para estudiarlas, pero ha producido pocos estudios científicos. Los animales terminan masacrados y vendidos en el mercado.
NRDC apoyó los esfuerzos para llevar a Japón ante la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas, y en 2014 la corte dictaminó que el programa del país es ilegal. Pero a finales de 2015, Japón envió una flota de barcos balleneros de regreso al Océano Austral. Cerca de 500 científicos marinos enviaron una carta a la Comisión Ballenera Internacional denunciando el llamado programa científico de Japón. NRDC continuará aplicando presión legal y política para obligar a la nación a detener sus acciones imprudentes.
Islandia no pretende cazar ballenas con fines científicos; mata abiertamente ballenas para vender su carne. Junto con nuestros socios y miembros, persuadimos a los Estados Unidos. El Departamento de Comercio reprenderá a Islandia en 2011 bajo la Enmienda Pelly a la Ley de Protección de Pescadores, una medida que permite a los Estados Unidos censurar a los países por socavar los esfuerzos de conservación. Como resultado, el presidente Obama promulgó sanciones diplomáticas contra Islandia.
También galvanizamos a los miembros de NRDC para que enviaran decenas de miles de comentarios al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos pidiendo acción sobre este tema. En 2014, la agencia dictaminó que el comercio internacional de carne y productos de ballena de Islandia socava la CITES, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción. Y de nuevo, el presidente Obama impuso sanciones diplomáticas contra Islandia.
NRDC también está aprovechando el poder del mercado para detener la caza de ballenas en Islandia. Nos unimos a varios grupos ecologistas para lanzar la campaña No compres a los balleneros islandeses. Nuestra investigación muestra que muchas empresas estadounidenses compran a HB Grandi, la firma de mariscos más grande de Islandia, que tiene vínculos de larga data con la industria ballenera. También descubrimos que varias compañías pesqueras islandesas comparten juntas e instalaciones corporativas con Hvalur, la única empresa del país que mata ballenas de aleta.