¿Con qué frecuencia debe una persona ir a la hidroterapia de colon?
Si bien cada persona es diferente tanto en sus necesidades como en sus respuestas, generalmente es aconsejable comenzar con una serie de 6 a 8 colonizadores, con sesiones de 4 a 14 días de diferencia. Hay dos razones para ello. En primer lugar, el agua actúa como disolvente para ablandar y descomponer los residuos incrustados; como los colonizadores son una terapia suave, este proceso debe repetirse para permitir que el agua sature completamente la materia fecal endurecida e impregne las áreas donde se han producido acumulaciones u obstrucciones. En segundo lugar, restaurar la forma y el tono muscular del colon requiere que el colon se ejercite durante un período de tiempo, de la misma manera que cualquier otro músculo requeriría un entrenamiento regular para mantenerlo fuerte y tonificado.
Los beneficios de los colonizadores se pueden acelerar e intensificar tomando un suplemento de fibra soluble a lo largo de una serie. La fibra soluble agrega volumen a los desechos fecales, haciendo que se hinchen y empujen contra la pared del colon. Como se mencionó anteriormente, la presión ejercida contra la pared del colon provoca que el colon se contraiga, impulsando los desechos a lo largo del intestino. Muchas personas carecen de suficiente fibra en su dieta, lo que resulta en una incapacidad o capacidad inconsistente para que el colon forme heces de un tamaño y forma normales que se pueden eliminar fácilmente. La fibra también actúa como un potente limpiador, atrayendo residuos incrustados y absorbiendo moco y residuos que carecen de la sustancia para formar heces.
Una vez realizada la limpieza inicial, recibir colonizadores de forma regular es útil para prevenir enfermedades y mantener una buena salud. Someterse a una serie de colonizadores durante un cambio de estación, particularmente en la primavera y el otoño, es especialmente beneficioso, al igual que tener colonizadores al inicio de los síntomas de la enfermedad, como:
- un resfriado o gripe
- alergias estacionales
- erupciones cutáneas (acné, eccema)
- una lengua recubierta o surcada
- hinchazón o malestar después de comer
- estreñimiento o diarrea
- picazón anal
- hemorroides
- flatulencia persistente o eructos
- infecciones recurrentes (encías, oídos, senos paranasales, levadura), especialmente si se tratan con antibióticos
- trastornos hormonales (síndrome premenstrual, menopausia, uso de anticonceptivos)
- dos casos especiales:
- después de un enema de bario, y
- antes de embarcarse en un programa terapéutico rápido o de limpieza