Estamos en uno de los momentos más divisivos en la historia de nuestra nación, y la tensión se siente aquí en casa. Hemos visto protestas en nuestras comunidades, nuestras redes sociales están llenas de mensajes enojados de personas de todos los lados de los problemas, e incluso las reuniones familiares se convierten en campos de batalla sobre todo, desde COVID-19 hasta las elecciones de noviembre.
Mientras que los pastores y otros líderes de la iglesia pueden dudar en dar un paso al frente en este momento, su participación es más necesaria que nunca. Es posible que no podamos esperar que las iglesias sanen todas las heridas en nuestras comunidades, pero pueden tocar los corazones de las personas, lo que conduce a cambios significativos.
Puede ser muy tentador cambiar nuestro enfoque hacia adentro en momentos como estos. Cuando el mundo exterior se vuelve aterrador y parece estar fuera de control, podríamos retirarnos a la seguridad comparativa de nuestra congregación. Pero eso no es lo que Dios espera de nosotros. En Mateo 25, Jesús explica la importancia de llegar a los más necesitados. Como cristianos, tenemos la responsabilidad de compartir con todos los que nos rodean, y cuando apoyamos a los necesitados a través de nuestras iglesias, demostramos cómo funciona el amor de Dios.
Los pastores y otros líderes de la iglesia pueden animar a sus congregaciones a tocar el corazón de la comunidad de muchas maneras, desde actos individuales hasta eventos altamente visibles. Por ejemplo, durante este tiempo de tensión económica, las iglesias pueden convertirse en un canal para el apoyo que tanto se necesita. Ya sea que esto implique proporcionar comidas a los miembros de la comunidad que tienen dificultades para alimentar a sus hogares, llevar comida y agua a las personas que no tienen hogar, o ser voluntarios en refugios cercanos, estas actividades brindan apoyo, así como un recordatorio de lo que Dios espera.
Cuando hay momentos estresantes en la comunidad, como protestas, las iglesias pueden ofrecer gestos de paz y buena voluntad, como repartir agua a los participantes. Las congregaciones pueden ser un ejemplo para otros a través de actividades como la limpieza de vecindarios. Pueden traer grupos de jóvenes y grupos de estudio bíblico para ayudar a los ancianos y otros residentes con actividades como rastrillar hojas. La intención no es recaudar donaciones o evangelizar, sino crear el hábito de servir a los demás. Las iglesias también pueden aprovechar las habilidades y talentos de los miembros, poniendo su experiencia a disposición de los no miembros que necesitan ayuda para cosas como reparaciones de casas o vehículos.
Las oportunidades de tocar el corazón de la comunidad son infinitas, simplemente requieren un poco de pensamiento, un poco de creatividad y una congregación ansiosa por compartir la gracia de Dios con sus vecinos o incluso con completos extraños. Los pasos pequeños pueden tener grandes impactos y proporcionar una curación significativa cuando todos lo necesitamos. Entonces, ¿qué puede hacer su iglesia y qué está haciendo su iglesia? Comparta con nosotros algunas de las formas creativas en que su congregación ha marcado la diferencia. Estamos todos juntos en esto.