¿Cómo se hizo Dios hombre?
En una palabra: «milagrosamente.»Cuando Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo, derrocó el principio básico sobre el que había fundado el universo: la distinción entre el Creador y la creación.
Las palabras iniciales de la Biblia hacen clara esa distinción: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra»(Génesis 1:1). Eso significa que Dios no es el mundo, ni es nada en el mundo.
El abismo entre Dios y todo lo que no es Dios es vasto e insuperable. Martín Lutero dijo una vez que sería mucho más fácil entender que un hombre se convirtió en un burro, que que Dios se convirtió en hombre. «Hombre» y «burro» tienen mucho más en común. Ambos son criaturas, lo que los hace fundamentalmente parecidos entre sí y fundamentalmente diferentes de su Creador.
La Biblia declara que en un momento y lugar específico de la historia, el Dios eterno, todopoderoso e infinito se convirtió en un ser humano como tú y yo, y sin dejar de ser Dios por un instante.
El propio ángel de Dios se lo explicó a una virgen llamada María. Él dijo: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del altísimo te eclipsa. Así que el santo que nacerá será llamado Hijo de Dios» Lucas 1:35.
Esto resulta en paradojas que simplemente no podemos entender. La Biblia tampoco intenta explicarlos. Simplemente dice que el bebé que yacía en el pesebre de Belén es el Creador del universo. El Dios infinito y eterno creció en un pueblo de Galilea. El Dios todopoderoso pasó hambre, tuvo sed e incluso se durmió.
El más milagroso y asombroso de todos, el inmortal, eterno Dios murió en la cruz de Jesús.
Estas verdades tienen implicaciones y bendiciones importantes para nosotros. He aquí algunos de ellos: la obra expiatoria de Jesús es ilimitada en su alcance y aplicación; los pecados del mundo están completamente pagados; la redención de la humanidad está cumplida; y el amor de Dios por las personas es ilimitado.